Este escrito fue colocado hace unos cuatro años, en portugués. Hicimos
uma pequeña nueva edición y la tradujimos al español. Estamos satisfechos con
la acogida que, hasta el momento, está teniendo el Blog, a pesar de que pasamos
un largo periodo (casi dos años) sin incluir nuevos textos, además de que
nuestra producción es relativamente lenta, debido a algunos problemas de
diversa índole.
Otros textos irán siendo traducidos para el idioma castellano.
Uno de los mayores problemas que los países conocidos como emergentes,
de tercer mundo o en desarrollo enfrentan en los días de hoy es, sin duda, el
inmenso vacuo existente entre el modelo de estado y de organización
administrativa pública vigente en estos países, y las necesidades de cambios
estructurales exigidos por el proceso de interacción y adaptación a una
realidad y a un mundo externo, cada vez más cambiante y dinámico, con el cual,
para bien o para mal, tenemos que convivir.
Nuestros países vienen siendo atropellados en su día a día, por la velocidad
de los acontecimientos provocados, mundo afuera, por la revolución de la
información, el avance de la tecnología y la globalización. Es una situación
que viene creando grandes conflictos y problemas, de toda orden, en los campos
político, social y económico, causados, principalmente, por las dificultades
que tenemos para enfrentar y adaptarnos a una nueva realidad, en donde, a pesar
de los esfuerzos realizados, poco conseguimos progresar y nuestros países
continúan a sufrir con los males del atraso como el desempleo, la pobreza, el
hambre, y hasta con enfermedades que hace mucho tiempo ya debían haber sido
erradicadas.
Lo peor de todo es la desesperanza y la falta de perspectivas. Las
personas no consiguen ver de qué manera pueden mejorar, superar y salir de una
crisis que se muestra cada vez más permanente, presentando, inclusive,
contornos endémicos.
Nada refleja mejor esta frustración y temor delante de lo nuevo, que
algunas de las bien humoradas ideas y opiniones del popular escritor brasileño
Luis Fernando Veríssimo, sobre ese tema[i].
Comentando un juego de ajedrez realizado entre el famoso jugador ruso
Kasparov y un computador, Veríssimo nos dice: “otra razón para ser contra el
computador cuando compite con el hombre es que los computadores debían ser
convencidos a reconocer su inutilidad y dejar las líneas de montaje donde roban
los empleos del hombre”. Y completa: “Pero en cuanto son humillados en su
inutilidad, los computadores deben recoger sus robots y devolver los trabajos
que robaron del hombre. Les reconocemos todas las glorias intelectuales con tal
de tener nuestros empleos de vuelta”.
En otro de sus escritos, Veríssimo nos comenta el desconcierto que las
personas sienten cuando hacen una llamada telefónica y quien atiende es una secretaria
electrónica. Sobre esa situación Veríssimo escribe: “La prueba definitiva para
saber si uno está o no integrado al mundo moderno, es la secretaria
electrónica. ¿Como usted se siente cuando realiza una llamada telefónica y
quien atiende es una máquina?”
Más de treinta años atrás, Alvin Toffler nos alertaba para este fenómeno
cuyas señales, ya en aquella época, se mostraban cada vez más claras y
evidentes, aunque en los países, los empresarios, los gobiernos, los políticos
y el común de las personas no lo estaban percibiendo.
Em sus obras El Choque del Futuro, La Tercera
Onda y otros más recientes, el autor nos comenta los
cambios radicales habidos en las condiciones de vida de la humanidad en los
últimos cincuenta años, y de cómo eso afecta las personas provocándoles
estrese, y, sobre todo, resistencia. La tal resistencia al cambio.
De otro ángulo, Toffler nos informa que, en los últimos tiempos, la
situación mundial presentó cambios estructurales gigantescos en el campo de la
movilización social, tanto que, en una docena de países más desarrollados, la
agricultura, por ejemplo, pasó a dar ocupación a menos del 15% de la población
económicamente activa.
En los Estados Unidos, cuyas haciendas alimentan más de 200 millones de
americanos y otros tantos 200 millones en el mundo todo, esta cifra cae para
menos del 6% y disminuye cada vez más.
Es decir, hubo una migración inmensa de mano de obra del campo para la
ciudad, en la búsqueda de empleo, inicialmente, en la actividad industrial.
Pero las cosas no pararon por ahí y, a continuación, verificamos que a
partir de los años sesenta, el 50% de la fuerza de trabajo urbana de los
Estados Unidos, abandonó las fábricas y el trabajo manufacturero y pasó a
ocuparse en actividades relacionadas con los negocios, la administración
pública, las comunicaciones, la educación, la salud, la investigación y otras. Se
iniciaba así, la tal economía de servicios.
Otro ejemplo dramático y más reciente de los cambios que se están
produciendo en el panorama económico mundial, lo podemos observar en el caso de
la China, donde la demanda de alimentos necesarios para sustentar el aumento
del padrón de consumo alcanza un crecimiento exponencial, provocado por la
urbanización intensa y acelerada del país. Hoy, casi el 60% de la población
china se encuentra en áreas urbanas, en cuanto en 1980, ese número no pasaba
del 20%.
La construcción de grandes ciudades, los cambios y mejoras en la calidad
de vida de la población, así como la acumulación de tecnología incluyendo la
creación de un parque industrial único en el mundo, llevaron a la China a la
modernización vertiginosa que ahora presenta y que continua en aumento.
Y así, el mundo sigue adelante, en su avance exponencial con el impulso
frenético de la tecnología, en todos los frentes de la actividad humana.
Ante el ritmo de cambios de esa orden ¿qué podemos hacer? ¿nuestros
sistemas de educación y formación de los jóvenes pueden ser considerados
modernos o, por lo menos, adecuados para enfrentar las nuevas realidades y los
nuevos desafíos en los campos del conocimiento y desarrollo tecnológico y
social?
Por otro lado, ¿será que estamos preparados para participar y competir
en igualdad de condiciones, en los negocios y en el intercambio comercial, en
general, en el ámbito internacional, cuando nuestra infraestructura se presenta
precaria e ineficiente, nuestros puertos y aeropuertos son inadecuados,
nuestras carreteras para el transporte de personas, bienes y producción
industrial y agrícola se encuentran en pésimas condiciones, la legislación es
ultrapasada, a nuestra burocracia es inmensa, etc., etc., etc.?
Además, y considerando otra orden de cosas, ¿por qué los artículos y
productos que compramos localmente, los vehículos, por ejemplo, cuestan varias
veces más que en los países más ricos, principalmente, en los EE. UU.?
En el campo público, ¿las personas entienden lo que es déficit fiscal,
superávit primario? ¿Lo que es inflación y como se produce? ¿Cómo estos
conceptos afectan nuestra vida?
Todos estos temas así como otros, no menos importantes, deben ser
presentados, explicados y discutidos con la sociedad.
Nuestra Visión
Ser un centro de referencia de la más alta calificación para la
divulgación de conocimiento moderno sobre la gestión pública en los países de
la América Latina.
Nuestra Misión
Actuar como vehículo de información, educación y orientación sobre temas
relacionados con la gestión pública, incluyendo, naturalmente, la importancia
de su papel en el desarrollo del país.
Hacer esto, revolucionando la forma, el contenido y el lenguaje en el
trato de estos asuntos, de forma a promover y estimular el debate, manteniendo
una actitud imparcial, profesional y transparente, frente a la población.
[i] Nuevas Comedias de la Vida Pública. La versión de los Ahogados.
L&PM, 1997
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